Linda niña pequeña está durmiendo con un juguete oso blanco vestido con el pijama rojo
Acostumbrar al niño a dormirse a la misma hora desde pequeño, adaptando los ritmos de la familia a los del niño y no a la inversa (por ejemplo, si se mantiene despierto porque papá llega tarde y quiere jugar, se adelanta su sueño). Los buenos hábitos deben mantenerse y consolidarse a lo largo del crecimiento, que varía según la edad.
Ya sea en la guardería o en la habitación de los padres durante los primeros meses, la habitación debe estar adecuadamente preparada, con una iluminación suave y sin aparatos electrónicos encendidos, y posiblemente con una música suave y monótona de fondo. No dejes que se duerma en ambientes diferentes, como en el sofá del salón mientras ve la televisión. Construimos y mantenemos los mismos rituales de acercamiento al sueño.
En los dos o tres primeros meses de vida no existe una fase de sueño, en el sentido de que no es posible reconocer con precisión cuándo se duerme el niño. Sin embargo, en los meses siguientes, en cuanto notes ciertos signos (ya no succiona con fuerza, cierra los ojos), tienes que retirar al bebé del pecho y ponerlo en la cuna.
Aunque tu hijo vaya a la guardería, intenta mantener los mismos horarios de comida, merienda y cena, ajustando nuestros horarios a los suyos.
Apaga todo al menos una hora antes de quedarte dormido. La luz de los dispositivos reduce la producción de melatonina, que favorece el sueño. Mantenga todos los dispositivos electrónicos, incluyendo la televisión, el ordenador y el teléfono móvil, fuera del dormitorio.
Evitar la leche u otros líquidos durante los despertares, prefiriendo utilizar un objeto cognitivo para volver a dormirse, como un chupete, por ejemplo.
Para las siestas de la tarde, mantenga la luz ambiental; reduzca al máximo la exposición para la noche; aumente la luz en cuanto se despierte. Nuestro ritmo de sueño-vigilia, como el de nuestros hijos, se rige por la alternancia de luz y oscuridad.
No al té, sólo a la detención por si acaso, no a las bebidas con cafeína y no al chocolate.
Con una ingesta adecuada de líquidos durante el día. Prefiera los alimentos que contengan fibra y triptófano (presente en la leche), que es un precursor de la melatonina.
Acostumbrarles a la independencia significa también dejarles dormir en su propio entorno. En caso de que se despierten, devuélvelos siempre a su cuna.
Referencias
por Sara Pezzica Psicóloga y psicoterapeuta, doctora en psicología del desarrollo Presidente de la Asociación…
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