por Roberto Pino
Doctor en Farmacología y Toxicología Universidad de Florencia
Con el coronavirus, muchos ritmos se han alterado y el riesgo es que no podamos concentrarnos como deberíamos para afrontar la prueba que llevamos esperando toda la vida.
La ansiedad, los problemas de memoria y los problemas de concentración pueden afectar al resultado del examen.
Si hubiera que resumir en pocas palabras las normas para llegar preparados y sanos a la competición, éstas serían las que habría que elegir .
memoria
la concentración y el estado de alerta.
Todos estos son requisitos necesarios para realizar el examen.
Sin embargo, en este periodo post-corona, el estrés aumentaron debido a las incertidumbres del momento histórico que han trastornado nuestras reglas de vida y nos han hecho estados de ansiedad lo que provoca insomnio o problemas con la calidad del sueño.
Hay varios concursos públicos de 2020 activos en la actualidad y en los próximos meses.
Las oposiciones de 2020 permitirán la contratación de miles de personas en diferentes sectores. Hay muchas actualmente activas y otras cuya publicación de la licitación se espera en breve.
Diario Oficial
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Las oposiciones de 2020 a las que ya puedes presentarte y las que se publicarán en los próximos meses se refieren a diversos sectores: escolar, Hacienda, Ministerio de Justicia, Ministerio de Medio Ambiente, etc.
Durante y después de la fase de encierro, nuestras vidas han cambiado y las reglas parecen haberse revolucionado. Nueva gestión familiar, nuevos horarios, educación en línea de los hijos, trabajo inteligente, problemas laborales, etc. El resultado de estos «ajustes» de Covid-19 no es el mejor. El aumento de la ansiedad es una consecuencia bastante obvia y en cierto modo «normal» en respuesta a una situación ambiental desafiante. El estrés y la ansiedad pueden afectar a nuestras capacidades cognitivas justo cuando más las necesitamos. Y así, este periodo previo a la competición se vuelve complicado de gestionar.
No es una disciplina demasiado complicada, pero hay que seguirla con atención. Nunca debemos llegar tarde a la noche. Es aconsejable acostarse antes de medianoche. Levantarse a las 8 está bien. Son momentos que ayudan a restablecer el ritmo circadiano regular y a aprender con facilidad. Nunca te metas debajo de las sábanas con el móvil. «Si un pequeño mensaje llega en la noche, rompe el sueño. Aunque no provoque un verdadero despertar, empeora la calidad del descanso.
Las comidas deben hacerse con regularidad, siempre a la misma hora: el desayuno a las 8 de la mañana, la comida hacia la 1 de la tarde y la cena a las 8 de la tarde. ¿Pero qué poner en el plato? Para preparar la competición, nos vemos obligados a pasar horas en los libros, nos desahogamos con pasteles y galletas o, lo que es peor, ayunamos y perdemos peso debido al estrés. Varios estudios demuestran que el estado de ansiedad altera el ritmo circadiano y tendemos a consumir mucha más comida basura. El ayuno tampoco es bueno: el cuerpo y el cerebro necesitan alimentarse, de lo contrario la memoria también puede sufrir. Las comidas también deben ser equilibradas porque la gente tiende a moverse menos durante la preparación de la competición. Debemos intentar comer un segundo o primer plato con verduras y una fruta. Además, hay que evitar un exceso de proteínas por la noche, ya que activan el ritmo cardíaco y pueden provocar dificultades para conciliar el sueño. Mejor un plato de pasta y una guarnición. O queso, pero no maduro. Tampoco alimentos que contengan soja: estos también tienden a acelerar el corazón.
Uno de los mandamientos es beber e hidratarse adecuadamente. Necesitamos al menos dos litros de agua al día. También se pueden consumir infusiones o zumos de frutas, pero sin excederse. El café está bien por la mañana, pero no después de las 16 horas. Y luego es mejor decir no al alcohol, que puede perturbar la arquitectura de nuestro sueño. También hay que evitar los cigarrillos. Si es posible, una siesta por la tarde también ayudará a tu memoria. Sin embargo, no debe ser demasiado largo, nunca más de 30-40 minutos.
Entre el calor y la tensión, un poco de deporte también ayuda. Debe hacerse antes de las 6 de la tarde, porque si se hace una sesión de gimnasio por la noche se corre el riesgo de no poder conciliar el sueño.
Pero después de un día de estudio y de momentos de tensión pensando en el día de la competición, sigue siendo difícil controlar el estrés. Unos pequeños rituales pueden ayudar. Tenemos que crear condiciones favorables para descansar y ayudar a nuestro cerebro a fijar lo que hemos aprendido. Si estudias hasta medianoche y luego te vas a la cama, corres el riesgo de sufrir insomnio. Es mejor que te vayas una hora antes, te prepares para ir a la cama, escuches música relajante o leas una novela. Hay que tener un momento de calma antes de intentar dormir. Una taza caliente de té de manzanilla, té de hierbas o leche caliente (que es una fuente de triptófano, un precursor de la melatonina) también ayuda a dormir.
El yoga o las técnicas de mindfulness pueden ser de gran ayuda.
La preparación de una competición es un acontecimiento que provoca ansiedad en sí mismo. Si a esto le añadimos el estilo de vida, a menudo agitado, del momento, es fácil ver cómo todo esto puede crear estrés y una sobrecarga psicofísica que, si se prolonga, puede causar problemas de salud física y mental. memoria y la fatiga cognitiva, lo que provoca dificultades con mantener la concentración en actividades que requieren energía mental, como la preparación de un examen.
Siguiendo los consejos anteriores se puede controlar bien el estado general, pero también podemos ayudarnos con algunos remedios naturales a base de plantas medicinales. El fitoterapia puede ser una ayuda valiosa. Lo importante es empezar la terapia pronto y de forma continuada, ya que los productos naturales tienen un efecto gradual y respetan los sistemas biológicos del organismo.
Hay plantas que actúan específicamente sobre la capacidad cognitiva, mejorando la memoria y la concentración, como la Bacopa monnieri.
Otras plantas tienen propiedades adaptógenas, es decir, la capacidad de aumentar la resistencia del organismo a los estímulos externos y al estrés. Esta propiedad es única en el reino vegetal. Entre las plantas adaptógenas se encuentranel Eleutherococcus senticosus y la Rhodiola rosea.
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se desarrolló para mejorar la memoria y las funciones cognitivas.
Además, sus propiedades neuroprotectoras y tónico-adaptativas aumentan la resistencia del organismo en momentos de fatiga y debilidad y cuando los niveles de concentración y atención disminuyen.
Referencias
por Sara Pezzica Psicóloga y psicoterapeuta, doctora en psicología del desarrollo Presidente de la Asociación…
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