Los niños y adolescentes necesitan, incluso más que los adultos, experimentar sensaciones de bienestar y sentirse equilibrados mental y físicamente. Tienen que hacer frente a la gran complejidad del estilo de vida actual mientras siguen creciendo. Entre el 15 y el 20% de los niños y adolescentes sufren trastornos de ansiedad. Además de ansiedades y temores, pueden manifestarse como dolores de cabeza, falta de concentración, trastornos del sueño, dolores de estómago e irritabilidad. Las manifestaciones de miedo y ansiedad pueden aparecer ya en la edad preescolar en un grado considerable (3-6 años).
Existe un consenso científico sobre la necesidad de apoyar y tratar a estos niños (y a sus familias) con terapias adecuadas para minimizar el riesgo de que desarrollen problemas importantes en la adolescencia y la edad adulta.